miércoles, 16 de septiembre de 2015

Dime con que color andas, y te diré quién eres


Viernes 4pm, a puertas del comenzar un lindo fin de semana para Vanessa, Gerente de Finanzas de una importante corporación de la industria inmobiliaria. Cansada, con muchos temas en la cabeza por discutir sube al piso 20 del directorio, para la reunión gerencial de los viernes donde se iba a discutir los excesos en el presupuesto del área de compras.

Con el cabello bien cepillado, y un buen maquillaje, entra a la reunión vistiendo su saco favorito: un blazer rojo. Conforme se va desarrollando la reunión los demás gerentes se encontraban de cierta manera algo alterados, para nada pacientes con las exigencias de Vanessa acerca de los reclamos en el presupuesto. Se tornó una situación complicada, como si el mundo se le hubiese venido encima, hasta la creían altanera y mandona. 6pm del viernes, totalmente cansada y “atacada” se termina la reunión en un ambiente tenso. Sin duda, no fue un buen día para Vanessa y ella no entiende por qué. ¿Se puedo evitar?


Aunque muchos crean lo contrario, el color que uno use si importa porque muchas veces puede transmitir para los demás lo que uno “es”, así realmente no lo sea! En el ejemplo de Vanessa, está bien que sea una chica con mucho autoestima, extrovertida e inteligente, pero por más que sea su saco favorito, no debe usar el color rojo en una reunión de toma de decisiones con otros gerentes y su jefe al lado, sobre todo si ella debe discutir o luchar por algún requerimiento. El rojo es un color que aunque no lo creamos impacienta a los demás. Vanessa puede utilizarlo cualquier otro día en el trabajo. Ahora bien, más recomendable aún es si lo utiliza en su cumpleaños y desea ser el alma de la fiesta, si quiere atraer miradas, o quiere atraer más a su pareja.

En el otro extremo tenemos el color marrón. Éste, en su mayoría hace que las personas se vean como amarillentas, opaca el rostro y da una sensación de ser conservadores y hasta débiles. Como es un color para nada urbano, es recomendable utilizarlo si vamos al campo, a pasear, o si se va a visitar a una persona enferma. Por el contrario no debemos utilizarlo si se quiere ser el primero en presentar una idea o proyecto, se desea sobresalir en una competencia o se quiere salir de la rutina. Recuerda, una mujer con sastre marrón o un hombre con terno marrón se ve débil, en cambio una mujer con sastre azul o gris o un hombre con terno azul o gris se ve poderoso, seguro de sí mismo.


Muchos dirían que el color blanco es pureza, y sí, representa transparencia pero no es inocente. Y no lo es porque aunque no lo crean es un color fuerte, ejecutivo, muy urbano que denota estabilidad. Es muy recomendable utilizarlo si se tiene una reunión muy formal, en una entrevista de trabajo o para dar un examen. Por el contrario, no se debería utilizar este color para una salida de fin de semana a bailar, si se es la anfitriona del cumpleaños de tu hijo donde estarás con muchos niños a tu alrededor. Y recuerda, si vas a utilizar el color blanco deberá estar impecable, pues a la más mínima mancha o tono amarillento (si la prenda tuviera varios años) denotará que eres una persona malhumorada, descuidada y hasta desagradable.


Si buscas un poco de diversión y salir de la rutina, sal con tus amigas vistiendo una prenda de color verde. Este color es perfecto para salir a relajarte porque da la sensación de paz y originalidad. Úsalo si vas a una reunión informal, o si estarás rodeada de niños. Por el contrario, prohibido usarlo si firmarás un contrato, tienes una exposición donde necesitas proyectar solidez y madurez o vas a una fiesta de gala (salvo sea el verde botella).


Y así como estos colores descritos anteriormente, hay infinidad de tonalidades que por más que no lo seamos, proyectan una imagen de nosotros o nos puede ayudar a hacerlo.
Así como cada cosa tiene su lugar, cada color tiene una etiqueta de “quien somos”. Todo esto sumado a la paleta ideal de colores según el tipo de piel y pigmentación de cada uno hacen maravillas para salir al mundo y conquistarlo.


Besos,

Claudia

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