domingo, 28 de febrero de 2016

No basta con serlo, sino también hay que parecerlo

Fernanda, Country Manager de la empresa donde trabajaba, era una mujer de carácter fuerte, enérgica en la toma de decisiones corporativas, con la capacidad de dar feedback a los pocos minutos de haberse suscitado un incidente. Muy responsable con todos sus compromisos, y siempre puntual, camina apresurada rumbo a su reunión. No era un día cualquiera, pues le iban a presentar al director global de su empresa, quien venía directamente de Alemania para atender unos asuntos de suma importancia con cada gerencia.

Todo estaba listo pero había nerviosismo de por medio. De un momento a otro Fernanda hace su entrada lamentablemente no triunfal. El director global la mira y piensa en voz alta: "¿Así dirige la representación de la compañía en Perú?". 

Parecía increíble lo que estaba sucediendo. ¡Fernanda, la Country Manager más enérgica que había tenido la empresa vestía casi siempre de color rosa! Ella amaba ese color y no había nadie que pudiera hacer algo por cambiarle el chip. ¡Ni que estuviera viviendo en la época de Legalmente Rubia (Legally Blonde, 2001)!
Muy contradictorio y extraño, el carácter de Fernanda y su excelente poder de mando para la toma de decisiones más importantes de la empresa no conversaba con lo sweet y angelical que se vestía siempre. 

El ejemplo anterior es más común de lo que pensamos. Hay muchísimas mujeres que son de determinado carácter, pero por su apariencia demuestran algo distinto. ¡Y es que no basta con serlo, sino también hay que parecerlo!

No se trata de un asunto banal o sin importancia, frívolo o secundario, se trata de ser consecuentes con lo que somos y queremos reflejar. Más aún si somos líderes, ya sea con un cargo importante en una empresa, con nuestros propios hijos o para nuestra familia. La vestimenta y la apariencia sí importan, y si eres consecuente con tu forma de ser, entonces serás capaz de encontrar tu propio estilo. Aquí unos ejemplos.

Si eres una mujer decidida, de carácter fuerte, trabajas, eres independiente y lo has sido toda tu vida, es importante que proyectes esa imagen sin llegar a ser un militar por decirlo así. Vístete de colores grises, recuerda que en mi artículo "Dime con qué color andas, y te diré quién eres." publicado en septiembre del año pasado, te indiqué que el gris es el color más ejecutivo que puede existir, refleja poder y seguridad. ¡Aprovéchalo! Pero no dejes de darle ese toque de elegancia al combinarlo con el blanco.

Por el contrario, si toda tu vida has sido una mujer dulce, cariñosa, amorosa, que no es capaz de llamar la atención ni gritar a alguien aún cuando se lo merezca, se fiel y consecuente con lo que eres. Los colores pasteles siempre serán cálidos, aunque ¡Cuidado! Podrían no ser los colores de tu paleta.


Si siempre te has sentido sexy, alegre, como un alma joven pero tienes más de 40, casi casi bordeando los 50 ¡Esto no es impedimento para que dejes de reflejar lo sexy y alegre que eres! Un lindo vestido de color negro acompañado de un buen corte de cabello harán de tus días los mejores. ¡Créelo!


Como vez, ejemplos hay muchos, solo está en ti tomar la decisión de ser consecuente con quien eres, de no solo ser de determinada manera sino también de parecerlo y en todo lugar, en la casa, en el trabajo, con los amigos, solo así encontrarás tu propio estilo el cual reafirmará cómo eres por dentro, y hará que te sientas más identificada que nunca.


Besos,

Claudia